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¿Qué diferencias encontraron Octavio, argentino, y Ana Lucía, guatemalteca?
Comenzaron a salir y aquí empezaron las diferencias culturales: Octavio quería encontrar sitios de reunión nocturna para charlar, caminar y reunirse con amigos. En Guatemala, debido a la inseguridad, esto no se estila: a las 22.00 horas ya se está en cama. La excepción era la ciudad de Antigua, donde podían caminar sin sobresaltos y ver atardeceres maravillosos. “Encontré a gente muy atenta. La forma de vender, el regateo y el ‘llévelo pues’ de los indígenas me encantaba”, cuenta Octavio.
La sociedad guatemalteca vive muy pendiente del “qué dirán”. Esto provocaba diferencias con Ana Lucía en el modo de actuar públicamente. “Me gusta cómo se mueven los argentinos en su país; lo hacen con libertad”, señala “En Guatemala somos conservadores. Por ejemplo, las visitas a una casa hay que planificarlas con antelación. Si se hace de forma imprevista puede ocasionar malestar, a diferencia de la forma argentina, donde todavía se puede llegar por sorpresa”.
También le divierte la libertad con que se mueven los argentinos: los picnics de verano al lado del río y la accesibilidad a los clubes sociales donde se puede practicar todo tipo de deportes. También las actividades culturales gratuitas al aire libre. “Lo que más valoro es poder salir sin miedo, aunque muchos digan que ha aumentado aquí la inseguridad. A lo que todavía no me acostumbro es a la siesta, tengo que encontrar algo para hacer mientras los mendocinos duermen, ja, ja, ja ”.