“El pan engorda“
MITO: El pan, si es consumido con moderación, no es seria un causante principal del aumento de peso; lo importante es tener un balance calórico
“Las grasas son perjudiciales”
Mito: Hay tipos de grasas beneficiosas que tu cuerpo necesita para funcionar adecuadamente. El aguacate, los frutos secos y el aceite de oliva contienen grasas beneficiosas que, con moderación, pueden ayudarte a mantener un buen funcionamiento del cuerpo y a proteger tu corazón.
"Beber agua durante las comidas engorda"
Mito: El agua no aporta calorías al contrarío, nos ayuda a mantenernos hidratos y ayuda a que el cuerpo pueda llevar a cabo correctamente procesos metabólicos.
“No se debe comer comidas rápidas durante una dieta”
Mito: Aunque muchas comidas rápidas son poco saludables, es posible elegir opciones nutritivas y bajas en calorías si se revisan los datos nutricionales y se seleccionan porciones pequeñas.
"Los cereales de desayuno son una opción saludable para los niños."
Mito: Muchos cereales comerciales dirigidos a niños tienen un alto contenido de azúcares añadidos. Es recomendable optar por cereales integrales sin azúcares añadidos y revisar siempre la información nutricional.
"Los alimentos light siempre son saludables"
MITO: El hecho de que tengan menos calorías o grasas no significa que sean más saludables. Algunos productos light pueden reemplazar las grasas o azúcares con ingredientes artificiales que no son beneficiosos para la salud.
“Los carbohidratos engordan”
Mito: Los carbohidratos complejos, presentes en alimentos como cereales integrales, legumbres y verduras, proporcionan fibra y nutrientes esenciales. La clave está en seleccionar carbohidratos de buena calidad.
"Comer después de las 7 pm engorda."
Mito: No es el horario en sí lo que provoca aumento de peso, sino el tipo y cantidad de alimentos consumidos. Sin embargo, comer tarde puede asociarse con elecciones menos saludables y afectar el sueño, lo que podría influir en el peso.
"Nunca se debe cosumir refrescos, en especial la Coca-Cola, ni siquiera en ocasiones especiales"
MITO: Lo ideal es limitar el consumo, pero tomarlos ocasionalmente no causa daño si tienes una alimentación saludables en general.
"Obligar a los niños a terminar todo lo que hay en el plato es necesario."
Mito: Forzar a los niños a comer puede interferir con su capacidad natural para autorregular su apetito, aumentando el riesgo de desarrollar una relación poco saludable con la comida. Es importante respetar sus señales de hambre y saciedad.
"La fruta después de la comida engorda"
Mito: Las frutas tienen las mismas calorías y beneficios nutricionales, sin importar cuándo se consuman. De hecho, comer fruta como postre puede ser una opción saludable para evitar otros postres menos nutritivos.
“Los jugos de fruta son tan saludables como la fruta entera”
Mito: Al exprimir la fruta, pierdes parte de la fibra. Además, algunas variedades comerciales incluyen azúcares añadidos. Lo ideal suele ser comer la fruta tal cual para aprovechar al máximo sus nutrientes.
"Comer muchas veces al día acelera el metabolismo."
La frecuencia de las comidas no tiene un impacto significativo en el metabolismo. Lo crucial es la calidad y cantidad total de calorías consumidas.
“La asesoría profesional es crucial al realizar una dieta”
Verdad: Antes de iniciar cualquier dieta de moda o con restricciones, es recomendable consultar a un profesional de la salud o nutricionista para recibir orientación personalizada y basada en evidencia.
"Las verduras y frutas enlatadas o congeladas no son saludables."
Mito: Estas opciones pueden ser tan nutritivas como las frescas, siempre que no contengan azúcares o sodio añadidos. Son una alternativa práctica y accesible para incluir en la alimentación diaria.
"Los alimentos congelados son menos nutritivos"
MITO: El proceso de congelación no altera las cualidades de los alimentos, al congelar los alimentos lo único que se hace es inhabilitar las reacciones de los microorganismos y alargar su vida.
“El huevo eleva el colesterol sanguíneo y debe evitarse”
El huevo ha sido tratado injustamente, ya que es un alimento muy completo y saludable. Es cierto que su yema es rica en colesterol, pero no hay que olvidar que el huevo posee también proteínas, vitaminas y minerales.
"Las dietas "detox" no eliminan toxinas del cuerpo"
Verdad: El cuerpo humano ya cuenta con órganos como el hígado y los riñones que se encargan de eliminar toxinas. No hay evidencia científica que respalde la eficacia de las dietas "detox" para este propósito.
"La dieta sin gluten adelgaza"
Mito: Una dieta basada en alimentos sin gluten no es adecuada para las personas que no son intolerantes a esta proteína, ni se ha probado algún beneficio.
"Los carbohidratos son malos para los niños."
Mito: Los carbohidratos son esenciales para el crecimiento y desarrollo infantil. La clave está en elegir fuentes saludables, como frutas, verduras y cereales integrales, y mantener un equilibrio adecuado en la dieta.
"El azúcar moreno engorda menos que el azúcar blanco"
MITO: No, el azúcar moreno no engorda menos que el azúcar blanco. Ambos tienen prácticamente el mismo contenido calórico y de carbohidratos. La diferencia principal son los proceso por el que pasan.
“Tomar licuados con huevo crudo aporta más proteína que solo comerlo cocido”
MITO : Las proteínas del huevo se desnaturalizan bajo calor, esto permite que nuestro cuerpo pueda absorberlo mejor, de igual forma bajo el calor las bacterias mueren, por lo que comerlo crudo no aporta mayor proteína
"No es necesario eliminar completamente los carbohidratos para perder peso"
Verdad: Los carbohidratos son una fuente importante de energía. Eliminar completamente los carbohidratos puede llevar a deficiencias nutricionales. Es mejor optar por carbohidratos complejos y ricos en fibra.
"Saltar comidas ayuda a bajar de peso más rápido"
MITO: Saltarse comidas puede ralentizar el metabolismo y provocar que se coma en exceso más tarde. Mejor hay que mantener horarios regulares de alimentación y optar por comidas balanceadas.
"El postre debe usarse como recompesa para que los niños coman bien"
MITO : Usar el postre como premio puede causar una relación poco saludable con la comida y aumentar la preferencia por alimentos dulces. Es mejor no asociar la comida como un premio o castigo.