Leitmotiv
(vocablo alemán) Repetición de una palabra, frase, situación o noción. Motivo recurrente en una obra.
Ejemplos: Predomina el leitmotiv de la arrogancia y presunción de don Juan cuando este personaje repite la frase “tan largo me lo fiáis” en El burlador de Sevilla y convidado de piedra (Tirso de Molina)
la desigualdad de la mujer en “Hombres necios que acusáis” (Sor Juana Inés de la Cruz).
—¡No nacen...! Vendí al abade unos huevos, que no dirá menos él...9 Y con eso merqué° las medias.
Ildara
Las medias rojas-
Emilia Pardo Bazán
Eran casi las dos. A esa hora, agobiado por el sopor, el pueblo hacía la siesta. Los almacenes, las oficinas públicas, la escuela municipal, se cerraban desde las once y no oían a abrirse hasta un poco antes d e las cuatro, cuando pasaba el tren de regreso. Sólo permanecían abiertos el hotel frente a la estación, su cantina y su salón de billar, y la oficina del telégrafo a un lado de la plaza. Las casas, en su mayoría construidas sobre el modelo de la compañía bananera, tenían las puertas cerradas por dentro y las persianas bajas. En algunas hacía tanto calor que sus habitantes almorzaban en el patio. Otros recostaban un asiento a la sombra de los almendros y hacían la siesta en plena calle.
La siesta del martes
Gabriel García Márquez
El burlador de Sevilla y el convidado de piedra
Tirso de Molina,
España
Mujer negra
poesía
parodia
Imitación de una obra con fin de ridiculizarla.
Ejemplo: Don Quijote de la Mancha ridiculiza el estilo florido y las hazañas inverosímiles de las novelas de caballería.
Las mujeres en la iglesia no deben mirar más hombre que al oficiante, y a ése porque tiene faldas.
Bernarda Alba
La casa de Bernarda Alba
En lo llano hay muchas aldeas y alquerías de a quinientos y a trescientos y doscientos labradores, que serán por todos hasta cinco o seis mil hombres de guerra, y esto es del señorío de aquel Mutezuma. Y aquí me recibieron muy bien y me dieron muy cumplidamente los bastimentos necesarios para mi camino, y me dijeron que bien sabían que yo iba a ver a Mutezuma su señor, y que fuese cierto que él era mi amigo y les había enviado a mandar que en todo caso me hiciesen muy buen acogimiento, porque en ello les servirían; y yo les satisfice a su buen comedimiento diciendo que vuestra majestad tenía noticia de él y me habían mandado que le viese, y que yo no iba a más de verle. Así pasé un puerto que está al fin de esta provincia, al que pusimos de nombre el puerto de Nombre de Dios, por ser el primero que en estas tierras habíamos pasado, el cual es tan agro y alto que no lo hay en España otro tan dificultoso de pasar, el cual pasé seguramente y sin contradicción alguna; y a la bajada del dicho puerto están otras al querías de una villa y fortaleza que se dice Ceyxnacan, que así mismo era del dicho Mutezuma, que no menos que de los de Sienchimalen fuimos bien recibidos y nos dijeron de la voluntad de Mutezuma lo que los otros nos habían dicho, y yo así mismo los satisfice
Hernán Cortés
Segunda carta de relación al Rey Carlos V
En una tempestad
José María Heredia
Cuba
Carlos Fuentes
Chac Mool,
cuento corto,
México
sátira
Obra literaria cuyo propósito es ridiculizar el sujeto; aunque puede ser graciosa, su propósito primordial es suscitar repudio.
Ejemplos: la situación del hombre moderno, que sacrifica su integridad y está dispuesto a perder sus cualidades humanas para sobrevivir, se presenta en forma de sátira en El hombre que se convirtió en perro. (Osvaldo Dragún)
-Necio, aprende que el mozo del ciego un punto ha de saber más que el diablo.
El ciego
Lazarillo de Tormes
Aquella noche casi no dormÌ y cuando dormÌ no supe que dormÌa. Pues el soÒar es igual, cuando se sueÒa de veras, dormido o despierto. Al amanecer yo ya estaba de pie. TenÌa que ir a ver al Mago. En cuanto aclarÛ salÌ al frÌo a buscarlo. El potrero era grande. TenÌa un bosque y una caÒada. No se veÌa el Mago en ninguna parte pero yo me sentÌa seguro. Caminaba despacio, la cabeza toda llena de los acontecimientos de ayer y de los proyectos de maÒana. De pronto me di cuenta que habÌa andado mucho. Aprieto el paso. Miro aprensivo a todos lados. Empieza a entrarme el miedo. Sin saber voy corriendo. Cada vez m·s r·pido.
Sabine Ulibarrí
Mi caballo mago
He andado muchos caminos
Antonio Machado
España
El ingeniosos hidalgo don Quijote de la Mancha,
España,
novela
Sinéresis
Unión de dos vocales adyacentes dentro de una palabra que formaban un hiato. Reduce el cómputo silábico en la métrica.
Ejemplo: Mas, entre el enfado y pena
que vuestro gusto refiere,
bien haya la que no os quiere
y / que / jaos / en / ho / ra / bue / na.
“Hombres necios que acusáis” (Sor Juana Inés de la Cruz)
-¡Locos, insensatos! ¿Qué hacéis ahí? ¿Cómo os atrevéis a llegar a esta puerta? ¿No os da miedo hablar? ¡Callaos, si no, todos moriremos, vosotros y yo!
La mujer brava
El Conde Lucanor
Ejmplo XXXV
A la realidad le gustan las simetrías y los leves anacronismos; Dahlmann había llegado al sanatorio en un coche de plaza y ahora un coche de plaza lo llevaba a Constitución. La primera frescura del otoño, después de la opresión del verano, era como un símbolo natural de su destino rescatado de la muerte y la fiebre. La ciudad, a las siete de la mañana, no había perdido ese aire de casa vieja que le infunde la noche; las calles eran como largos zaguanes, las plazas como patios. Dahlmann la reconocía con felicidad y con un principio de vértigo; unos segundos antes de que las registraran sus ojos, recordaba las esquinas, las carteleras, las modestas diferencias de Buenos Aires. En la luz amarilla del nuevo día, todas las cosas regresaban a él.
Jorge Luis borges El sur
Balada de los abuelos
Nicolás Guillén,
Cuba
Sor Juana
Hombres necios que acusáis,
México,
Poesía
Asíndeton
Omisión de conjunciones o palabras para suscitar viveza o energía.
Ejemplos:
oro, lilio, clavel, cristal luciente
“Soneto CLXVI” (Luis de Góngora)
—A ti te busco —le gritó señalándola° con su látigo enrollado° y antes que terminara de decirlo, dos hombres cayeron encima de la mujer atropellando° el toldo y rompiendo el tintero,° la ataron° de pies y manos y la colocaron atravesada como un bulto de marinero sobre la grupa de la bestia del Mulato
El Mulato
Dos Palabras, Isabel Allende
Desde muy niña alimenté, no sé bien cómo, curiosidades, preocupaciones e inquietudes, debidas, en parte al menos, a aquel revoltijo de libros de mi padre, y todo ello se me medró en el colegio, en el trato, sobre todo con una compañera que se me aficionó desmedidamente y que unas veces me proponía que entrásemos juntas a la vez en un mismo convento, jurándonos, y hasta firmando el juramento con nuestra sangre, hermandad perpetua, y otras veces me hablaba, con los ojos semicerrados, de novios y de aventuras matrimoniales. Por cierto que no he vuelto a saber de ella ni de su suerte. Y eso que cuando se hablaba de nuestro Don Manuel, o cuando mi madre me decía algo de él en sus cartas —y era en casi todas—, que yo leía a mi amiga, esta exclamaba como en arrobo: «¡Qué suerte, chica, la de poder vivir cerca de un santo así, de un santo vivo, de carne y hueso, y poder besarle la mano! Cuando vuelvas a tu pueblo, escríbeme mucho, mucho y cuéntame de él».
San Manuel, Bueno martir
Miguel de Unamuno
Como la vida misma
Rosa Montero,
España
Sabine Ulibarrí
Mi caballo mago,
Estados Unidos,
Cuentos